viernes, 27 de enero de 2012

Quisiera tener a alguien a quien pueda regalar las frases más cursis ocurridas, en este tipo de instantes, tras estas mismas cortinas....

Pero como no existe ese alguien, te las dedico a ti, vida.

Que me confirmas que palpitas incesante a través de mi...

...que respiras, que estás ahí...
... dándome...dándome...
dando....me.....





Y como sé que seguro me vas a leer, te diré.



Valente, intenso....
Andrade, sensible...


Dos días, dos poemas..
Dos hojas escuetas 
que desbordan sonrisas serenas, casi invisibles..


Y como hoy no hubo poema, qué me espera extraño?...

domingo, 22 de enero de 2012

Contra viento o con el viento...


Y cuando se anulan las fuerzas que te invitan a morir
es cuando siento en mi ventana el viento rugir
y sé que estas en el campo, luchando contra los grises, contras las sombras, contra esos muertos tuyos..
que te agobian, que te encierran y te alejan...
pero el rugido baña mis risos castaños,
y en una sutil caricia te envió mis manos,
que se mecen en el
cual viento violento, sereno, desgarrador, excitante
que sé adormece cual fantasma, cual miedo, cual desesperanza
que insisten en arroparte, en alejarte de mi
en desvanecerte en el tiempo
que cobardemente se alía a ellos
pero en tu corazón yace la luz
que calienta esas corrientes
que llegan a mi morada y dulcemente rosan mis labios
donde con su humedad mojo la onda
que se acerca a ti y te rescata
y te recuerda que siempre te espero
callada
atenta
sola
y enamorada.

viernes, 20 de enero de 2012

Y soñé

que caían las hojas de un árbol que yacía en la cima del sendero
donde en aquella vieja morada se encontraba tu cuerpo inerte
esperando que cayera otro día con su peso
aplastando el frío que se desvanecía en la esperanza de un posible...


Y arriba, donde acababa una escalera color montaña
teníamos un espacio que guardaba un calor lejano
que esperaba paciente la llama
de una chimenea blanca 
que se desnudaba cada noche ante ti
acompañándote a morir.... acompañándote a nada
en esa vieja sala...
con aquel piso ornamentado.


Y no sé porqué se oía un latido
que te torturaba
que te dominaba
que no te dejaba librarte de ti
a pesar que lo desearas
a pesar de tu desespero...
Pero es tu dulce castigo jardinero
por dejar cubrir las flores de hierva
por dejar morir los arboles de sed
por cubrir de lava y llenar de tinieblas
mis dulces pastos que lograrán de nuevo florecer...
sin ti, y contigo
en el tiempo
en el espacio
en el olvido
en el recuerdo..


Pero te aguarda un espacio silencioso, como el sueño que soñé...
un poco distante, pero nada lejano...


no se donde queda
tampoco sé si iré
pero estarás tu contento
de que el mundo no sepa que yaces en el.....





viernes, 13 de enero de 2012

A petición del universo...


Caminaban y sonreían, si ellos mismos se vieran desde afuera podrían llamarse patéticos, absurdos y envidiables, pero en ese momento las aceras eran exageradamente cortas, las plazas minúsculas y el mundo una transparencia ínfima, un resto de algo inconcluso que estaba por debajo de sus pies, por debajo del contexto que los enmarcaba, incluidos sus pasados, incluidos sus presentes afincados en la espalda, que ya no ardían, que ya no pesaban…y allí, en medio de la plaza Jimenez, acompañados de otros pocos seres que no estorbaban, escuchando el soplo del viento enredándose en los arboles inmensos que rodeaban la pequeña fuente escondida, en medio de una quietud maravillosa que los complementaba, él, abrazándola, con su rostro tan cerca que sentía su olor, como una arrolladora ola de placer indescriptible, con cada poro inmerso en ella, con los sentidos más que jamás vivos, alborotados y en armonía, con todo, con ella, con la fuente, con los arboles, el viento, el silencio, con él mismo, con su mano en ella, mitad en tela, mitad en piel,  tocando delicadamente con su pulgar sumiso lo expuesto de su cintura dejada arriba de la falta, fría, lisa, excitante, grandiosa y deleitante, mientras ella, con los brazos extendidos sobre él lo abrazaba, se acercaba poco a poco uniendo sus perfiles, en una danza serena que garantizaba nunca disolverse en el tiempo, que para ella era un trozo de la maravilla de cada segundo que la abordaba en conjunto con él, donde se dejaba de lo invisible para hacerse toda ella el absoluto del absoluto, de esa unión ornamentada con una noche esplendida, dirigiendo su mirada a lo que la encuadraba, admirada por lo que apreciaba, la trinitaria arrojada salvajemente sobre una inmensa puerta de madera precedida por la plaza callada, el artesano solitario sentado en la escalera dibujando aquel cuadro de la noche, un yesquero abandonado en aquella banca blanca, cerrando sus ojos y recostando su rostro a su hombro, meciéndose en el aire sin mover los pies, elevándose sin elevarse, como si él la protegiera y fuera su refugio eterno, sintiendo el placer desbordándose de tal manera que irreconocía cualquier muestra de tristeza o desanimo, en realidad no tenía espacio para pensar en algo más que ese trozo de cielo desprendido para ella, ese regalo de la vida que asumía para sí, de la vida que venía de ella y seguía siendo ella, y mientras, sus manos se abrían en la espalda de él, sintiéndose recibidas, pequeñas y calientes, su garganta se encogía al determinar la complacencia que recorría su cuerpo difuminado en todos los tonos dispersos y unidos para ella, al ser quien optaba por hacer de ese momento un firmamento terrenal que la absorbía, que se la comía al dar leves pasitos en el mismo sitio, al levantar su rostro y juntarlo al de él y sentir su piel, llena de lo mismo que la llenaba a ella, extasiada de la sencillez que los bordeaba, de lo introvertido del lugar, de la luna llena casi imposible de creer, de él buscando su boca con los labios nerviosos, los de ella rojos buscando los de él, en ese momento lleno de miles de palpitaciones súper humanas para ambos, el beso, encontrando ser encontrado, intenso, más que intenso, partiendo de ambos una emoción que desgarraba cualquier idea de dolor o de confusión, de soledad, depresión o angustia, ni con ellos, ni con el mundo, ni con nada porque no había nada más, una sensación que los volvía seres fuertes, llenos de energía reciproca que buscaba desesperada pero sutilmente rebosar aquella plaza; y el cabello de ella jugaba a involucrase, mientras él tomaba su cuello por un lateral abrazando con su mano su cabeza y sintiéndola más en él, y ella, respiraba fuerte mientras las lenguas se cruzaban y los labios se fundían uniéndose una y otra vez,  lento lento e intimo, besos largos, silencios y abrazos, mas besos, mas pasión y las manos delicadas de ella acariciando su cuello arropado por el suéter que intentaba cubrirlo, las de él bordeando ya su cintura de diosa y abiertas estrujándola hacía él, que le recordaba lo que era adorar, y que la adoraba, y ella, amando aquel  viento que celebraba el encuentro y jugaba a mover su falda, amando la luz agazapada, amándose ella por sentir aquello y observándolo a él, complemento perfecto.

viernes, 6 de enero de 2012

Sí....pero no.

Si hubiera un tiempo definido...
Si existiera la verdad escondida detrás de las puertas...
Si hacernos fuera tan fácil como haber nacido...
Si nos garantizaran risas eternas, cielos estrellados y brillantes...
Si caminar no doliera luego de días subiendo cuestas...
Si amar fuera para siempre.

Todo sería tan simple que no habría necesidad de abrir los ojos..
Todo sería un sinsentido al darnos cuenta de su ínfima nobleza...
Pero hay dos caminos, el de hacerlo o el de no hacerlo...
Y yo lo siento, cobarde, pero mis manos están llenas de barro, no tengo espacio para encogerme contigo..
No hay muerte sin muerte amigo, ni hay vida con muerte...
Lo que si hay es muertos en vida, como tu, como yo casi fui un día..

Ahora solo estoy yo y mi destino, mío, que no es la vida, es mí vida...