Muchos ojos mirando a mi espejo, quienes son ellos?, extra;os sin rostro, extra;os sentados, con sus tazas, en sus mesas, con sus trajes, a su ritmo. Y camino, sigo, sigo, y pienso, en lo que veo, las parejas, las manos sueltas, las mías buscando alguna en el aire para tomar, en el futuro seguro, quizás lejano, quizás más ausente que hace algunos ratos, pero existe, en mi pensamiento, en mi deseo y en mi rostro, en mi camino, en mi taza y en mis ropas, va a mi ritmo en su ritmo, hasta que llegue el momento, ese, donde el aire dejará de ser aire para volverse calor, piel, que abrace mi peque;a mano al lado de su inmensa presencia en mi espacio, que será su espacio, uno diverso, distinto a mi verde, distinto acoplado.
Y siento que los días me van indicando con sus se;ales que marcho sobre lo que marcho, no hay dudas de que esto ES, de que lo suspendido cae por su peso, de que las sensaciones intrínsecas quieren emerger por encima de las negativas que flotan como petroleo, oscuro, contaminante, agotable...
Y sigo, aquí, pensante. Que bueno que bueno...que buena marcha, que buen respeto, que buena compa;ia, que buen ambiente, que tranquilidad más mia, que interesantes sucesos, que momentos congelados expectantes, dudas afiladas, curvas organicas, aceras largas, edificios olvidados, enconfrados admirables, aire rodante, aire quieto, sonidos familiares, laborales, recuerdos nostalgicos y paseos...
Aquellos paseos por mis pastos serenos. Llenos de vida, la que les daba yo andando sobre ellos, la que subía hasta mi cabeza desde las raíces en la tierra, desde lo intra;able de mi cuerpo.
Y vuelvo, a mi, aquí, con la nuble polvorosa que vuelve realidad un proyecto, subo mi mirada y aprecio un suceso, en desarrollo, en crecimiento, hago silencio y escucho a mi espalda que reclama estiramiento y deduzco rápidamente...debo reaccionar.
Debo debo.
Quiero?
quiero quiero...
Tengo?, sí, tengo.
sí...tengo.
Y quiero.
Quiero que llegues ya viernes.