En qué momento nos hacemos libres?, las personas estamos atadas a voluntad involuntaria, no sé cómo llegamos a ese momento constante pero desde allí, desde allí a quien le pertenecemos?..Qué haces en la mañana al despertar?, la primera actividad de mucha gente es ir a echar gasolina. Un viejo, en cambio, un ermitaño del campo me contó que él se levanta a las 6 todos los días y coloca arroz frente a su porche para ver a la cantidad inmensa de pajaros que llegan a su puerta, mientras amanece.
Depende de la necesidad supongo, pues seguramente ambos personajes de estos espacios distintos tienen distintas necesidades. O deciden las cosas de manera diferente.
Porque necesito lo que necesito?, porque pregunto con el vidrio abajo y aún el auto encendido en vez de bajarme y caminar el camino?, porque me pregunto en vez de responderme a mi misma?, quien me ha hecho creer que no tengo la capacidad de contestar?, acaso soy yo misma? con mi voluntad involuntaria hija de la mentira, la ignorancia y los prejuicios sociales, las culturas y sociedades limitadas, las costumbres, los mitos urbanos y el no apagar la tv, la radio, los comentarios, los retumbes y rebotes de las manadas, los cuentos fantasmas de vidas posibles.
Como es posible que aún teniendo un cielo que en conjunto con el tiempo, cambio constante, cambio de todos los elementos de la tierra, nuestra madre, nuestra madre perfecta, la naturaleza, yo, hija de ella, yo DUDE de mí y me asegure bajo el manto borroso y mecánico del sistema?, del patrón, del esquema. De la verdad verdadera de miles que no piensan, que son ciegos, que saben que pasarán todo su día preguntándose qué fue mi día, mi día , mío_ajeno a mí.
Porque decido. Porque mi pensamiento me cobija, porque creo en mi. Porque no hay motivos para creer incluso que soy presa mía, porque soy una ráfaga que atropella el silencio del miedo, de la atadura.
Debemos ser libres. Libres para ordenar el desorden que somos. Unos descarriados, unos rebeldes, alternativos, bohemios, callados, absurdos. Y quiero, lo deseo. Profundizar en mí como nada más lo haga, para enterrarme yo misma en mí, hasta el fondo más fondo que conozca. He de recorrer primero cada borde de cada nube brillante y preciosa que vea en el cielo, cada espalda de montaña, cada caricia a un perro noble. Cada respuesta dada a mi misma. Cada_quiero. Cada_deseo.