Y si existió dios?, es decir, es probable, con tan solo un par de hombres que lo comentaran es porque definitivamente si existió aquel hombre. Así como el superhombre de Nietzsche, dios pudiera ser un súper hombre que tampoco fue escuchado en su entonces…
Pensé hoy que como la raza humana tiene como destino cognoscible su autodestrucción directa, o indirecta para los más sensibles, puede que entre todo eso en algún momento haya resultado de la suma de varias mentes maquiavélicas la idea de concebir una gran empresa en el nombre de dios.
Y que esa empresa ahora, en este momento sea esta inmensa multiuniversal llamada Iglesia Católica. Y es que muchos se asocian sin pagar y en realidad les cuesta la vida. O mucho de ella. Mucho de la eternidad y del verdadero paraíso.
Y si el resultado de la suma de estas mentes, que más que ser inteligente fue lógica, abreviando el nombre de todos los hombres en uno solo, con su máscara ornamentada y modo de empleo, mal ejecutado por supuesto, nos trajo como consecuencia este aquí y ahora en donde para conseguir un trabajo alguien nos dice: pídele a dios y ten fe.
¿Para un trabajo?
Claro, claro que sí, yo le pido a dios, a mi dios por supuesto, no sé cuál será su dios, también lo hago con fe, fe en mi obviamente, fe en lo que veo, percibo, siento y deseo. Fe en lo real y palpable, en la energía que bordea mi vida, no en una fe errada y lanzada por el camino de las frases como: “tenga fe en dios” (haciendo referencia a la iglesia y su imagen).
Una vez conversé con un artesano que me dijo: a dios le tienen tanta fe que ya ha de existir. Tal vez, y no se me olvida pues también creo que ya ha de existir. Con mucho trabajo el pobre hombre, eso sí.
Y en qué momento, en nuestras mentes vírgenes creamos a nuestro dios?, NUESTRO DIOS, no el del vecino ni el de herencia familiar, no el de la estampita y muchísimo menos el de aquél enorme edificio diseñado para el eco de las voces y el encarcelamiento de los pensamientos salvajes, furiosos y anarquistas; en qué momento sucede el nacimiento del pensamiento individual, personal, un descubrimiento como esos en los que nos notamos un lunar jamás visto en nuestro cuerpo, en que nos determinamos las mínimas arrugas que adornan nuestros lacrimales, o cuando, ociosos y excitados nos enteramos de la efusiva fiesta de colores y rayos de la misma paleta que pintan nuestros ojos; porque nos arrincona a un paredón una imagen de revistas, una imagen con extremidades y con dolores y sufrimientos como los de nosotros, que somos tan complejos en medio de tanta perfección, hecha como anillo al dedo para nuestros ojos, manos, piel, vaginas y penes; qué tal si no lo reducimos a nada de esta masa corriente, de esta mente en constante expansión, envenenada con pócimas de siglos pisados por gentes tan cortas, que nos encierran por miedo en su manto dorado de perdones a los pecados, que nos adhieren a sus creencias y hacen que mis yemas, aunque fieras, duden en algún segundo efímero en escribir estas palabras. Por qué si hay un dios este tiene forma?, podríamos nosotros dársela?, en verdad nos consideramos tan iluminados como para concebir eso?, en qué momento nos damos el derecho de ser tan igualados ante la perfección del universo?
Y es que me molesta tener miedo a mis propios pensamientos, ten fe y pídele a dios. Será que si voy a la iglesia consigo el trabajo?, no; creo que en la sencillez e intimidad de mi último rayo de conciencia, antes de quedarme dormida, puedo pedirle a mi dios por mi deseo, en ese desnudo de mi alma tan sublime y vulnerable que abandona todos sus temores en un segundo….que incluso sea que no consiga ese trabajo para caer en las redes de otras multiuniversales.
No decir yo creo, cuando no sabes ni en que estas creyendo. No decir te pido, cuando no pones enteramente tu alma en tus propias manos y acciones, no decir: así lo quiso dios, cuando bien sabemos que somos nuestro propio dios…el universo, a eso tan pequeño que somos nos referimos, a eso mismo que sentimos si acariciamos nuestros labios con la lengua para sentir el frío.
Y en paz con dios, mi dios, me despido.